CUERNAVACA, EL MARQUESADO Y EL SHA

El rey Carlos V ocupaba el trono de España al llegar Hernán Cortés a nuestro país, y al estallar la revolución española en 1936, este era ocupado por Alfonso XIII, en el periodo que transcurrió entre uno y otro rey otorgó a nuestro territorio tres ducados, cincuenta y siete marquesados cuarenta y cinco condados, tres viscondados y una baronía, además se concedieron o reconocieron cuatrocientos nueve títulos nobiliarios a los naturales del país, sumándose también los conseguidos por méritos logrados, pero, ¿y Cuernavaca? ¿Qué injerencia tiene en este contexto?

Recordemos que el día seis de julio de 1529 Carlos V confirió a Fernando (o Hernando) Cortés el título de primer Marqués del Valle de Oaxaca y el se arraigó aquí en Cuernavaca por espacio de varios años junto con su esposa doña Juana Ramírez de Arellano y Zúñiga, quien fue hija de don Carlos Ramírez de Arellano, segundo conde de Aguilar y de doña Juana de Zúñiga, hija del conde de Bañares, quien a su vez fue primogénito de Álvaro de Zúñiga, primer duque de Béjar, y en esta forma se inicia el arribo de nobleza europea a Cuernavaca.

La continuidad se prolonga a través de don Martín Cortés Ramírez de Arellano, segundo Marqués del valle de Oaxaca, quien se casó con su sobrina Ana Ramírez de Arellano en el año de 1562.

El 7 de diciembre de 1783 Manuel de la Borda tuvo la visita de Matías de Gálvez Virrey de la Nueva España quien estuvo en los ya famosos los jardines, pero, desafortunadamente existe muy poca información acerca del paso y estancia de personajes pertenecientes a la nobleza en esta ciudad de Cuernavaca, y así encontramos después de muchos años que en 1803 el Barón Alexander Von Humboldt llega a Cuernavaca interesándose en el trazamiento de mapas sobre la región e investigando diversos temas.

Para el año de 1835 los Barones Gros y René de Perdreauville quienes realizaban una serie de investigaciones científicas disfrutaron la oportunidad de recrearse con las bondades de Cuernavaca, e incluso el barón Perdreauville escribió un informe cuyo largo título fue: “Voyage aux antiques du Xochicalco et l ecaverne du Cacahuamilpa enterprise par odre dugouvermement general le 16 mars 1835”.

Para el tres de enero de 1866 llegaron por primera vez a Cuernavaca, con el fin de celebrar la Epifanía, los emperadores Maximiliano y Carlota, quienes escucharon los servicios religiosos en el templo de la Asunciónde María (actual Catedral), y mas tarde se alojaron en el Palacio de Cortés junto con todos los integrantes de su incipiente corte, ahí todos fueron agasajados con un regio banquete, mas tarde al recorrer Cuernavaca y quedar fascinados por la belleza del lugar, decidieron residir aquí por algunas temporadas y así se le asignó al general Ángel Pérez Palacios el acondicionamientode la casa adjunta al templo de Guadalupe y que había pertenecido al párroco Manuel de la Borda (actualjardín Borda), pero, además cuando los emperadores viajaron a la exhacienda de Cortés, en el pueblo de Atlacomulco y obligadamente atravesaron el pueblo de Acapatzingo resolvieron construir aquí también un lugar de retiro (actual Jardín Botánico).

Años mas tarde el príncipe Antonio Aragón Pignatelli y Monteleone quien era acompañado por su hermana y ambos descendientes de Hernán Cortés, en viaje a la hacienda de Atlacomulco visitaron Cuernavaca, sin embargo este viaje fue muy poco afortunado ya que ambos sucumbieron en un trágico accidente automovilístico. Con la facilidad que otorgan las redes de comunicación, Cuernavaca ha sido, además de visitada, residencia temporal o fija de diversos personajes de la nobleza, recordados por muchos habitantes de Cuernavaca y entre los que se cuentan: el barón VonBlock, la condesa de Charantenel, la reina de Italia María José, el sha de Iran Mohamed Reza, Etc.

Y entre las últimas visitas reales, los cuernavaquenses recuerdan hace algunos años la visita de los reyes de España que tuviera como marco al Jardín Borda. Así podemos concluir con la afirmación, avalada por la información anterior que Cuernavaca es una ciudad degran magnetismo para los personajes destacados.

Por: Enrique Martinez

CUERNAVACA, EL HIJO DEL IRLANDES Y 1950

Cuando se nombra a Juan O’Gorman, generalmente lo que recordamos primero y acude a nuestra mente es la imagen de su trabajo efectuado en los edificios de ciudad universitaria donde se conjuntaron tanto sus habilidades arquitectónicas como pictóricas, mismas que en esta ocasión serán, básicamente las que analizaremos. Juan O’Gorman nació en el lejano año de 1905, hijo de Cecil Crawford O’Gorman químico ensayista de metales y también destacado pintor; nacido en Irlanda, arribó a México desde el año de 1895 y se identifico rápidamente con la forma de vida en nuestro país, donde permaneció por el resto de sus días.

Cecil Crawford O’Gorman se dio a la tarea de iniciar a su hijo Juan en las artes pictóricas desde muy temprana edad, destacándose por una gran capacidad para dominar la línea, el dibujo y la pintura, sin embargo, al igual que su padre desarrollo dos carreras y en el año de 1927 se gradúa como arquitecto. Dentro del que hacer pictórico O’gorman explora y recorre ámbitos que van desde el retratismo y el muralismo, hasta el paisajismo donde logra tal maestría que Justino Fernández llegó a calificarlo en alguna ocasión como el mejor paisajista mexicano, después de José Maria Velasco.

Una de las características que es notoria en la obra paisajista de O’Gorman es el uso que hace de la técnica conocida como temple logrando plasmar la transparencia total de la atmósfera y una definición exacta de tonos.

Como un reconocimiento al trabajo de caballete realizado por O’Gorman, el Instituto Nacional de Bellas Artes le dedica una exposición en el Museo Nacional De Artes Plásticas para el mes de agosto del año 1950 y justamente es en esta exposición que se exhibe la obra que realizara en 1943 y cuyo titulo es “Recuerdo de Cuernavaca”, aquí O’ Gorman atrapa la imagen del Palacio de Cortés y de la Cuernavaca denominada por Flores Guerrero como “preturística” dicho calificativo se debe a que en ese entonces pocos personajes creativos habían radicado o transitado por nuestra ciudad de Cuernavaca, sin resistir la influencia de la característica atmósfera del valle de Cuauhnáhuac que invita a tomarla como fuente de inspiración y como ejemplos contamos que aquel 1950 el general Ignacio Beteta participo en la exposición efectuada en el salón de la plástica mexicana, con la acuarela “Cuernavaca al Atardecer”.

El año de 1950 fue sin lugar a dudas un año de gran importancia en el estado de Morelos debido, dentro de otras cosas a la creación del bachillerato nocturno, mientras que en el área de Santa María el sacerdote belga Gregorio Lemercier fundaba el monasterio de la orden de san Benito conocido como Emaus, y que años mas tarde causara polémicas a nivel mundial, en el mes de mayo se develaba el monumento a la madre ubicado al frente de la escuela Evolución y poco tiempo después una estatua del segundo obispo de las exalumnas del colegio Santa Inés también develaban, en este caso Cuernavaca Francisco Plancarte Y Navarrete, dicha obra pertenece a la inspiración del profesor de artes plásticas Fidias Elizondo, quien fuera un destacado artista especializado en la talla directa con una marcada inclinación al estilo neoclásico.

En el mes de julio la señora Gisela Ephrussi de Bauer participa en la exposición organizada por el circulo de bellas artes con el óleo “Calle de Cuernavaca”, en este mes de julio se celebraba en el estado el aniversario numero 80 de haberse hecho la primera constitución del estado y para el mes de septiembre la calzada Leandro Valle y el puente Porfirio Díaz cumplían cincuenta años de existencia, la nota luctuosa se da el 18 de noviembre, cuando fallece la destacada actriz morelense Virginia Fábregas, siendo sepultados sus restos en la rotonda de los hombres ilustres, ya para finalizar este 1950 el círculo de bellas artes lleva a cabo una exposición mas con la participación de solo dos pintores: Enrique D’Aoust yArmando Calvo, el primero participa, dentro de otras pinturas con “Retrato de la Señora Maruca P. de Esponda” y “Zempoala” ambas de la producción que realizara en Cuernavaca, mientras que Armando Calvo además de “Tepoztlán”, expone “Al rededores de Cuernavaca”.

Esperamos que con esta breve semblanza el lector refirme la importancia de nuestra ciudad en el mundode las bellas artes.


Por Enrique Martínez G.